Goooooood moooorning

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miércoles, abril 17, 2013

Los músculos de su espalda.


Dio la vuelta de tal manera que lo único que podía ver eran los músculos de su espalda, se movían con fuerza, eran como una sinfonía rápida, sonaba una música alterada en mis oídos con solo ver los músculos de su espalda. 
Pero eso era todo, yo quería saber si lloraba, si sonreía, ¿qué emoción habría en su rostro? ¿qué forma tendrian sus labios, sus ojos? Pero todo lo que podía ver eran los músculos de su espalda. 


¿Qué era eso tan grave que debía decirme? ¿Qué podía haber cambiado en un par de horas? ¿Por qué debía conformarme ahora con los músculos de su espalda si muy poco tiempo antes había contemplado hasta el último escondite de sus ojos?

No dio la vuelta, habían transcurrido más de cuarenta y nueve minutos y no había dado la vuelta, no había pronunciado palabra y la sinfonía de su espalda cada vez más acelerada, más rápida sólo podía acompasarse a mi corazón.


¿Que escondían sus ojos que no me miraban? Tras día y medio de ésta terrible soledad en compañía de los músculos de su espalda decidí enfrentarla. Y vi lo que escondían sus ojos, sus ojos que no esconderían nada nunca más. Sus ojos fríos, yertos, lejanos. 

La iba a extrañar, si que la iba a extrañar. 

martes, octubre 09, 2012

Maldito tiempo.

El tiempo le cobra una renta demasiado alta para los pocos beneficios que le concede; no hay marcha atrás, no hay cómo detenerse a pensar ni a juntar los pedazos cada que se rompe. Cuando algo se rompe, el tiempo todo lo que hace es transcurrir sin cambio alguno; no regala segundos para recoger las piezas y mucho menos para unirlas de nuevo y ella lo sabe, ha decidido entonces, que no va a pedir que se detenga, que no va a recoger ni a unir nada, que no va a evitar que algo se rompa, que no le va a importar porque no hay cómo cambiarlo, el tiempo es el tiempo y es un dictador irreparable.

"Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido"

Yo no he entendido al tiempo y su irremediabilidad, no he logrado captar que no va a esperar que me recomponga y sigo acá sentada, mirando hacia la ventana en espera de tu sonrisa en medio de la lluvia. 


Que duermas mi sueño, que sueñes conmigo. 

miércoles, septiembre 26, 2012

De vuelta


Miraba a la ventana porque era todo lo que sabía hacer; escapar a sus miedos con una sonrisa y el corazón hecho pedazos. Volvió al principio, las cosas como eran: el silencio de su calle y la luz apagada en su corazón. 
Las manos le temblaban y en el pecho sentía corrientazos, no pudo dar un paso más y se dejo caer en plena calle.
Querer no siempre es bueno, pero estaba de vuelta. Sonrisa, mascara perfecta, sueños inconclusos, ojos encharcados, manos temblorosas y miedo encapuchado. 

Buenos días, mundo. Buenos días.